jueves, 20 de diciembre de 2012

Crítica de Snatch, cerdos y diamantes



Hay directores que intentan innovar en este curioso mundo que es el séptimo arte. Unos lo hacen estudiando nuevas tecnologías y otros reinventando lo ya existente, pero tanto en un caso como en otro pueden caer en los excesos y, lo que podría haber sido una buena innovación, termina por no lograr su objetivo.

Este es el caso de Guy Ritchie, un director que a pesar de tener un buen conjunto de ideas para sorprender en sus rodajes, no ha conseguido conectar plenamente con el espectador. Sus continuos cambios de plano en muchas ocasiones te hacen perder la noción de los sucesos, y aunque resulta muy efectista el efecto es mas negativo que positivo. El cineasta inglés ha utilizado esta técnica desde sus primeras obras hasta la última entrega de Sherlok Holmes... y Snatch no iba a librarse.

Esta película se va a dividir en dos historias paralelas, simultáneas en el tiempo y que van a converger en un momento dado. Por un lado tenemos la trama del robo de un enorme diamante, que ha de ser entregado en Londres a un tasador y que será codiciado por más de un personaje. Al otro lado tenemos un combate de boxeo ilegal, con sus apuestas y su correspondiente amaño como no podía ser menos. Dos historias que en un principio no tienen relación, pero que poco a poco se irán entrelazando para alcanzar un destino común.

Si algo tiene esta película que la difiere del resto del género es la cantidad de personajes, tan distintos unos de otros, que se van cruzando en ambos argumentos. A todos ellos se les conoce por un Alias y serán presentados, en formato serie setentera, al comienzo del film como parte de los créditos iniciales. Este detalle ya nos indica que vamos a contemplar un film que se va a salir de lo acostumbrado. Una vez vista la película podemos afirmar que es totalmente cierto.

El guión del propio Guy Ritchie no tiene nada que ver con lo que entendíamos como cine criminal, desviándose de los grandes dramas del género. Si entendemos este film como algo serio y profundo, nos puede parecer que nos han tomado el pelo. La película hay que visualizarla como una comedia con leves pinceladas de cine negro. Muchos la han catalogado como del estilo de "Tarantino", pero nada mas lejos de la realidad. Las obras de Quentin tiene un trasfondo y una profundidad que, desgraciadamente, Snatch no posee.

A pesar de ello esta producción, de seis millones de libras, consigue enganchar con el espectador a base de situaciones ridículas y mucha acción. La historia que nos cuenta el Turco, con la habitual voz en off de las producciones del director, puede parecer mas complicada en un principio de lo que resulta ser al final. Y es que el ir y venir de tantos personajes, te lleva a la confusión en el planteamiento argumental durante los primeros minutos de metraje. Un colage de situaciones tan extrañas como sorprendentes que, poco a poco, van dando forma a un guión que, a medida que avanza la acción, va tomando sentido.

Si bien la historia no cuenta con un protagonista propiamente dicho, el primer nombre que nos viene a la cabeza es el de Jason Statham, que narra desde la visión del personaje del Turco como van ocurriendo los hechos. Su interpretación se aleja mucho de lo que nos tiene acostumbrado, con su habitual estereotipo de héroe de acción. En esta ocasión es un hombre de negocios, que ha de tratar con lo mas ruin, en busca de obtener ganancias con la celebración de combates de boxeo clandestinos.

Su mano derecha es Tommy, al que da vida Stephen Graham. Su rol es el del típico socio que, por una cosa u otra, siempre termina metiéndose en líos, arrastrando a los que tiene a su alrededor. Su papel es clave para entrelazar las dos tramas que se van cruzando, cumpliendo a la perfección con lo que su personaje exigía.

Otra de las caras que llaman a la vista del reparto es la de Brad Pitt. El actor estadounidense tira de físico para dar vida a Mickey, un gitano al que apenas se le entiende hablando, pero con un mayor coeficiente intelectual que el que se le puede atribuir en un principio. El personaje es de lo mas original que nos podemos encontrar en el film, y Pitt realiza una buena labor con él.

Benicio del Toro, un habitual del género, es otro de los muchos talentos que circulan por la película. Su papel de Franky Cuatro Dedos  es quizás mas secundarios de lo que nos tiene acostumbrados, pero es otra de las claves de la historia. Una actuación aceptable para el intérprete puertoriqueño.

Dennis Farina, Vinnioe Jones o Mike Reid son otros de los muchos nombres que van apareciendo a lo largo de la hora y media larga de metraje. Ninguno de ellos llega a tener un papel propiamente principal, pero entre todos hacen que este lioso entramado vaya tomando forma y termine teniendo sentido.

John Murphy, un compositor que ha encaminado sus composiciones hacia la temática del thriller le pone sonido a este curioso film. Sus acordes se alejan bastante de lo que el género nos tiene acostumbrado, en parte motivado por el tono cómico con el que es tratada gran parte de la trama. Otro de los aspectos de se escapa de lo típico son los títulos iniciales, presentando uno a uno los personajes a modo de viñetas y acompañados de una potente melodía.

La fotografía es obra de Tim Maurice-Jones que repite con Ritchie tras la exitosa Lock & Stock, y que hemos podido ver últimamente en La Mujer de Negro. Las capturas que realiza concuerdan totalmente con lo que el guión exige, ensamblándose perfectamente con la forma de rodar del director inglés y sus continuos movimientos de imagen.

Sin ser una de las obras cumbres del género, Snatch resulta un producto entretenido. Diversión en estado puro lleno de momentos cómicos y mucha violencia. Esta es la formula para convertirla en una de las recordadas cuando se habla del cine criminal moderno y las causas de sus buenas puntuaciones en las páginas especializadas. Un film sin pretensiones que se deja ver muy bien y que gana con posteriores revisionados.


miércoles, 5 de diciembre de 2012

Crítica de Heat


Cuando hablamos de cine negro siempre nos viene a la cabeza los grandes clásicos del género como El Padrino, Uno de los Nuestros o Erase una vez en América. Obras de elevado nivel que pusieron los cánones del que se han ido alimentando muchas producciones posteriores y más modernas. Todas ellas tenían en común que se desarrollaban en épocas pasadas, cuando las organizaciones y familias dominaban los barrios obreros de las ciudades mas importantes del otro lado del charco.

Con la llegada del cine más actual estas tramas, complicadas de seguir en algunos casos, se fueron dejando de lado en detrimento de un cine más directo y menos "inteligente". La acción se sobreponía al drama, ofreciéndonos historias muy fuertes visualmente, pero con un contenido bastante plano y casi carente de interés.

Pero de vez en cuando aparece un film que hace revitalizar al género en concreto y lo vuelve impulsar para satisfacción de los espectadores en general y de la crítica en particular. Este es el caso de Heat, uno de los grandes thrillers de los 90 que es todo un ejemplo de como se puede combinar una buena historia con grandes dosis de escenas de acción. Un cocktail de situaciones tensas que hacen de esta película una de las mejores obras del género de la década.

Michael Mann se pone tras las cámaras para dirigir un elenco de actores de renombre que es uno de los grandes reclamos de la obra. Y es que no es común encontrar tantos y tan buenos actores compartiendo un mismo guión. Si ya de por si la historia era bastante atractiva, ver a dos de los pesos pesados del celuloide cara a cara era determinante para conseguir llenar las salas cinematográficas durante el tiempo que permaneció en cartelera. Y es que ya solo en su país de origen se había conseguido amortizar los 60 millones de dolares que tenía de presupuesto.

El guión del propio Michael Mann nos lleva hasta Neil McCauley, un experimentado ladrón que ha conseguido reunir un grupo de fieles colaboradores con los que comete robos a gran escala. Su vida está libre de ataduras, destinando su tiempo a organizar los futuros asaltos y cuidar de los que tiene a su alrededor. Este "padrino" de los noventa recibe el encargo de un último gran golpe. Un robo a un banco que le ofrezca unas suculentas ganancias y una buena oportunidad de desaparecer... durante un tiempo al menos. Pero no todo es tan sencillo ya que el teniente Vincent Hanna le va siguiendo los talones y hará todo lo que esté a su alcance para frustrar el robo y, de paso, terminar con la delictiva carrera de Neil.

A groso modo este es el planteamiento inicial que nos muestra el director nacido en Chicago, que así contado nos puede parecer muy típico. Pero a diferencia de otras producciones el guión no solo se centra en los hechos y va más allá, profundizando en cada uno de los personajes, dejando de lado cualquier síntoma de superficialidad dramática. Y es que esta película no hubiese sido lo mismo de no haber conseguido enfrentar, cara a cara, a dos de los grandes pesos pesados de la interpretación hollywoodiense.

Tanto Robert de Niro como Al Pacino están realmente espectaculares. El primero como meticuloso delincuente, que intenta tenerlo todo bajo control para que nada se desvíe del plan original y protector autoproclamado de todos los que trabajan con él. Sin amores ni ataduras, su rol requería una psicología fuerte y de rápidas decisiones. Al otro lado del ring el personaje de Vincent, un oficial de policía que ha contraído matrimonio en múltiples ocasiones y que antepone su trabajo a cualquier otro aspecto de su vida. Obsesivo y frío, Al Pacino nos deleita con escenas memorables que nos va a costar olvidar.

Si por separado nos ofrecen buenos minutos, cuando Mann consigue situarlos en el mismo espacio-tiempo el resultado es notable. Esto ocurre en dos ocasiones, una primera con dialogo cargado de sinceridad por ambas partes y donde se vislumbra algo más que un mero enfrentamiento entre ambos. El segundo de los momentos es uno de los pasajes con mayor adrenalina del film. Un affaire que va a decidir el desenlace de la historia y que denota ese "vinculo" que se ha ido forjando entre ambos personajes.

Junto a ellos destaca el nombre de Val Kilmer, la mano derecha de McCauley y otro de los personajes centrales de la obra. El angelino realiza aquí una de sus mejores interpretaciones, dando vida a un personaje condicionado por el juego y por el amor a su esposa. Rol que recae sobre la guapa actriz Ashley Judd, que realiza una actuación muy notable y destacada, a pesar de tener un papel muy secundario.

Completan el reparto actores de la talla de Ammy Brenneman, Tom Sizemore o Danny Trejo al que próximamente veremos en la segunda entrega de Machete. Otro de los rostros que nos llama la atención es la de una jovencísima Natalie Portman. La oscarizada actriz se mete en el papel de hijastra de Vincent que, a pesar de que en un principio nos pueda parecer que se los pordrían haber ahorrado, es fundamental en el desenlace del film. Su madre, Justine Hanna es otro de los pilares sobre los que se asienta el teniente de policía. Diane Venora, que es quien da vida a la esposa de este adicto al trabajo, es otra de las gratas interpretaciones del film, focalizando en ella casi toda la carga dramática del personaje interpretado por Al Pacino.

Elliot Gondenthal tenía como misión componer una banda sonora con mucha tensión y que enfatizase el enfrentamiento entre estos dos grandes de la interpretación. El resultado final nos hace sentir que lo ha conseguido con unas partituras cargadas de fuerza que se ensamblan perfectamente con la fotografía de Dante Spinotti. Rodada con unas tonalidades poco coloridas y muy caóticas, es un símil del complicado y oscuro mundo en el que se desenvuelven los personajes. Todo un acierto para un director de fotografía que repetiría dos años mas tardes en el género con L.A. Confidential.

Con todo lo expuesto podemos afirmar que Heat es una de las mejores obras sobre lo que muchos denominan como cine criminal moderno. Un film cargado de buenos momentos, con escenas de robos realmente espectaculares, tiroteos y un cara a cara que, a pesar de haber sido copiado hasta la saciedad en posteriores ocasiones, es de lo mejor que podemos ver en el género. De Niro y Al Pacino en su máximo esplendor que nos dejan una película de las que marcan época.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Crítica de Sospechosos Habituales



En 1995 un, hasta entonces casi desconocido director neoyorkino, sorprendió a propios y extraños con un film que fue llevándose galardones por todos los festivales nacionales por los que pasaba. Si no era el de mejor director, era el de mejor actor secundario o mejor película. Y es que Sospechosos Habituales no dejaba indiferente a nadie.

Ganadora con dos Premios de la Academia en 1996, el guión de Christopher MacQuarrie (que en breve nos traerá Jack y las habichuelas mágicas) es uno de los mas geniales y originales del género. Tras una historia típica de delincuentes logra esconder, de forma magistral, una trama que va más allá de lo aparente, todo ello contado de forma poco cotidiana pero muy efectista.

El film comienza de manera que te atrapa desde los primeros fotogramas, mostrándonos las escenas del desenlace final, pero ocultando todos los detalles de forma que no explica nada pero deja ver por donde puede ir los tiros, nunca mejor dicho. A partir de aquí el montaje nos traslada en el tiempo a unos días antes de dicho suceso, en una de las escenas mas recordadas del film y del género. La captura y posterior rueda de reconocimiento de los protagonistas se ha convertido en todo un clásico. Cinco personajes que nada tiene que ver uno con el otro, tan distintos tanto en apariencia como en carácter que únicamente tienen en común el delito por el que son sospechosos. Este fortuito encuentro provocará que sus caminos se crucen para formar una única autopista con destino a un sencillo golpe. Todo ello, claro está, tras unas duras negociaciones para convencer a mas de un miembro para formar parte de este plan.



A partir de aquí el ritmo del film comienza a alcanzar velocidades vertiginosas, todo ello contado de voz de uno de aquellos sospechosos durante un interrogatorio policial. La escena del primer golpe de esta nueva banda es magistral, un robo que hubiese firmado el mismísimo Michael Mann para su fabulosa Heat. Una muestra más de la grandeza de esta película.

Pero un guión original y envolvente no sirve de mucho si no está respaldado por unas buenas actuaciones. Es aquí donde toma partido el grandioso reparto con el que cuenta esta producción, encabezada por un increíble Kevin Spacey. Su actuación, que le valió un Oscar, debería mostrarse en todas las academias de actores. Su papel, de estafador tullido, es todo un homenaje al género culminado con un final apoteósico de los que marcan época.

Junto a el nombres de tanto nivel como el de Benicio del Toro, que a pesar de no tener un rol demasiado participativo cumple a la perfección, clavando el estereotipo de latino de mediados de los 90. Gabriel Beyre es otro de los destacados del film, metiéndose en el pellejo de Dean Keaton, un mafioso con muchos antecedentes a sus espaldas, que intenta alejarse de ese mundo que tanto y tan poco le ha dado. El actor irlandes ha tenido posteriormente una amplia filmografía, pero este es quizás su mejor interpretación. Muestra perfectamente esa lucha entre lo que es racional y lo que él es realmente, convirtiéndolo en uno de los pilares fundamentales del film y el cabecilla de este grupo de delincuentes.

Otro actor que nos sonará es Chalz Palminteri, que en esta ocasión adopta el rol del agente especial Dave Kujan. Su cara a cara con Roger "Verbal" Kint, el personaje que da vida Kevin Spacey, es inmenso, ya que consigue combinar la típica dureza policial con ese sentimiento de lástima por las condiciones físicas de Roger. Gran parte de la película es este affaire, que nos muestra a un Palmiteri que no se deja ensombrecer por la larga sombra de la actuación de Spacey.

Stephen Baldwin, Giancarlo Esposito o Pete Postlethwaite son algunos de los muchos nombres que conforman el excepcional reparto del film y que, en mayor o menor medida, ayudan a enriquecer un guión que es de lo mejorcito de la década de los noventas en cuanto a thrillers se refiere.




Otro de los aspectos a destacar de la obra es la magnífica música compuesta por John Ottman. El compositor, que se estrenaba en el mundo del séptimo arte con otra obra de Singer, nos deleita en esta segunda composición con unas partituras melódicas para el tema central, y unas con mucho mas ritmo y celeridad para las escenas de acción. El tema central es muy pegadizo, siendo un acierto haberlo introducido en los instantes iniciales del film representando momentos de calmas previos a la gran tempestad que se avecinaba. Una gran banda sonora para un género que últimamente no se prodiga mucho en este aspecto.

No podíamos dejar de mencionar la gran fotografía de Newton Thomas Siegel, que es uno de los fijos en las producciones de Bryan Singer. Escenas como la de la llegada a la reunión con Redfoot o el asalto al ascensor donde viaja Kobayashi son algunos ejemplos del magnífico trabajo tras las cámaras, un aspecto que potencia exponencialmente la ya de por si atractiva historia.

Con el tiempo hemos podido comprobar que Sospechosos Habituales es, quizá, una de las películas de referencia de historias de delincuentes, donde no todo es lo que parece. Un reparto de lujo con nombres como los de Kevin Spacey que le valió el Oscar al mejor actor secundario por su papel de delincuente tullido, Benicio Del Toro o Stephen Baldwin hacen que la película enganche desde un primer momento y consiga mantener el interés a lo largo de sus 90 minutos, una duración perfecta para que no resulte pesada y de tiempo a exponer toda la trama.

El secreto de su éxito radica, sin lugar a dudas, en su sencillez y acierto en la forma de mostrarnos la historia, dejando de lado la mayoría de aspectos personales de cada personaje. Con esto, además de no aburrir al espectador con algo superfluo y totalmente ajeno al guión, consigue acelerar todos los sucesos de forma que no da oportunidad de perder el hilo argumental, invitándonos a asistir a uno de los mejores finales que un thriller de este estilo puede ofrecer.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Nuevo podcast de Hello Friki con nuestra colaboración

Ya podéis descargaros desde IVOOX o desde este enlace el nuevo podcast de Hello Friki. En él analizamos estrenos como Argo, Looper,  Lo Imposible, Skyfall o Las Aventuras de Tadeo Jones. Recordaremos un clásico de la animación como Anastasia, nos adentraremos en el inframundo del cine de serie Z con "Karate a Muerte en Torremolinos" y repasaremos las últimas novedades en literatura y series de TV. Como colofón, debatiremos sobre la venta de Lucasfilm a Disney.



Un podcast que no puedes dejar de escuchar con las aportaciones de Victor M. Yeste, M. C. Catalán, Manuel Callejo, g4f5g6 y un servidor.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Crítica de Minority Report



¿Qué ocurriría si juntásemos a uno de los directores de mayor reconocimiento y a uno de los actores más carismáticos de Hollywood? Sin duda el éxito estaría asegurado. Esto es lo que se hizo en Minority Report, juntando a Tom Cruise y Steven Spielberg en un ambicioso proyecto que recibió la crítica unánime de los medios especializados. Basada en la novela de Philip K. Dick, de la que han salido grandes obras como la idolatrada Blade Runner (uno de las mejores adaptaciones a la gran pantalla de una obra de ciencia ficción), la historia nos atrapa en un oscuro y frió futuro donde las investigaciones criminales han dejado paso a la predicción de los mismos. Este sistema preventivo va a provocar que los cuerpos de seguridad vaya siempre un paso por delante a los presuntos delincuentes. Se intervendría sobre la "potencia" y no sobre el "acto" como diría la filosofía clásica. Es aquí donde enlazan los denominados "precog". Unos seres que, con apariencia humana, son capaces de predecir los actos de violencia antes de que estos sucedan. Mantenidos en un medio acuático, se convierten en uno de los aspectos más originales y sorprendentes de la obra. Pero, como ocurre en la realidad, nada está exento de fallos y siempre se van a encontrar fracturas que, por pequeñas que sean, pueden derrumbar un sistema "casi" perfecto.

La historia nos lleva hasta uno de esos agujeros, en el que se ve implicado el personaje caracterizado por Tom Cruise. El actor nos deleita con una actuación digna de un buen trhiller de ciencia ficción, pasando de cazador a presa, en una muy buena interpretación, que nos hace recordar obras como El Fugitivo. Además, como ya hiciera en la saga Misión Imposible, él mismo rueda las escenas de acción, lo que dice mucho de la entrega que hace por su trabajo, arriesgando más de lo que suelen hacer la inmensa mayoría de los actores. Junto al neoyorkino podemos ver a un grupo de intérpretes que rallan a gran nivel entre las que sobresalen Klea Scott, en su papel de precog y Jessica Capshaw como esposa de John Anderton.


Pero sobre todo destaca un Colin Farell que realiza un aceptable papel, y que le sirvió para impulsar su carrera artística y ver aumentando su caché como actor. Resulta curioso y sorprendente que el actor español Javier Bardem rechazase este papel, que en un principio le ofreció Spielberg y que supuso un retraso en el salto hollywoodiense del canario.

Pero si hay alguien quién dota de carácter y personalidad a este film es su  director, el consagrado Steven Spielberg que repite género tras la controvertida Inteligencia Artificial. El rey Midas de Hollywood nos da su visión de este futuro mezclando lo que conocemos hoy en día y lo que vendrá el mañana, haciendo que la historia no la veamos como algo excesivamente lejano. Consigue, como nadie, sacar lo mejor de los actores en cada una de las secuencias del rodaje y es capaz de llevar los efectos especiales a su máximo esplendor. Es su sencillez y capacidad para sorprender lo que hace que todas y cada una de sus películas sean un espectáculo visual, llevándonos a disfrutar de cada plano, diálogo o toma.

Una buena dirección y un trabajado guión no es nada sin una buena composición musical, y como suele ser habitual en las películas de Spielberg, el elegido para ponerle música a esta obra es el polivalente John Williams. En esta ocasión nos deleita con una composición mas propia del cine negro que de una película de ciencia ficción, alternando movimientos de auténtico suspense con otros de verdadera acción. Una buena partitura que cumple con su proposito, pero que quizás esté un poco por debajo de lo que el maestro nos tiene acostumbrados. Y es que si la sacamos del film, no llega a decirnos gran cosa como si ocurre con muchas de las creaciones de este genial compositor.

Otro de los aspectos que mas llama la atención es la utilización de las tonalidades azules durante todo el metraje. Esto denota frialdad a ese extraño futuro que Dick nos proponía en la historia original y que Janusz Kaminski, director habitual de fotografía de Spielberg, ha plasmado de esta forma. El resultado es bastante acertado, consiguiendo despertar en el espectador ese sentimiento de un futuro alejado del calor y sentimiento humano.

Únicamente quedaba dotar la película de espectacularidad e intensas escenas de acción. ¿quién mejor que los magos de ILM para hacer posible este futuro que nos presenta Spielberg?. El resultado obtenido es increíble, deleitándonos con unos diseños y artilugios que nunca hubiésemos imaginado y que se integran en el film de manera perfecta. Las ciudades, los vehículos, los carteles de anuncios... todo es un gran espectáculo para nuestros ojos y una buena fuente de inspiración para futuros adelantos tecnológicos.

Resulta cuanto menos interesante, que hoy en día uno de los efectos más llamativos del film, que era ver a John Anderton (Tom Cruise) en la sala de control moviendo pantallas únicamente con gestos, se pueda hacer hoy en día prácticamente igual con algunos sistemas de entretenimiento. Algo impensable hace doce años y que hoy en día es toda una realidad.

Podemos resumir que la unión del guión de Scott Frank, la obra original de Philip K. Dick y la dirección de Steven Spielberg ha dado como resultado un film cargado de tensión y visualmente deslumbrante. La puesta en escena es inmejorable y algunas de las carencias de la historia se han sabido disimular, tras unos sorprendentes efectos especiales, que agrandan aún más la prodigiosa capacidad para ganarse al público que tiene esta leyenda de la dirección.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Crítica de THX1138


Hablar de THX1138 es hablar de George Lucas en estado puro. Esta puede considerarse el primer largometraje del director californiano que siempre ha sentido especial predilección por el género de la ciencia ficción.

Aunque esta obra poco o nada tiene que ver con su gran éxito, Star Wars, si que encontramos algunos puntos en común con la saga a pesar de ser leves pinceladas en un gran óleo. Es sobre todo en la utilización de efectos visuales, innovadores para comienzo de los 70, donde vemos la mano de este genio del séptimo arte.

El guión, obra del propio Lucas, nos lleva a una sociedad futura donde toda clase de sentimientos han sido usurpados gracias a las drogas que contienen los impulsos sexuales y afectivos de los ciudadanos. Similitudes que encontramos en obras mas recientes como Equilibrium o La Isla de Michael Bay, que adoptó algunos de los aspectos de este film.

THX, es el nombre genérico que se le da a los humanos que trabajan como operarios en esta sociedad, seguido del número de registro de cada individuo. Pero parece que estas siglas debieron caerle en gracia al propio Lucas ya que, años mas tardes, la vemos en muchas salas cinematográficas como certificación de una norma audiovisual patentada por el propio director.

En esta ocasión la historia se centra en el individuo 1138, que deja de tomar dichos "medicamentos" para descubrir un mundo que no tiene nada que ver con lo que sentía bajo el efecto de los estupefacientes. Esto le llevará a convertirse en un fugitivo del gobierno, perseguido por unos curiosos androides que hacen las veces de policías. A partir de aquí es cuando la obra toma diverso paralelismo con otro clásico de la ciencia ficción como es La Fuga de Logan.

Todo este mundo tejido por Lucas nos da una idea de la imaginación del californiano, y no es más que un pequeño ápice de lo que años mas tarde nos ofrecería con la idolatrada Star Wars. A lo largo del film ya se ven muchos de los artilugios futuristas mas tarde serían adaptados a numerosas superproducciones.

 Pero si algo caracteriza la obra es la frialdad que nos muestra la fotografía de Albert Kihn. Un homenaje al minimalismo desde las primeras secuencias y que tiene su punto álgido en la extraña prisión donde es encerrado el THX1138.

Robert Duvall protagoniza esta interesantísima producción con la complicada labor de meterse en la piel de un personaje sin sentimientos, mas próximo a una máquina que a un ser humano. Podemos decir que el actor cumple a la perfección con este cometido, pero tampoco podemos alardear de que realizase el papel de su vida, y es que el guión tampoco estaba para florituras.

Junto a él, Donald Plesance que borda su papel de visionario en un mundo donde uno no puede pensar por si mismo. Maggie McOmie o Ian Wolfe completan un reparto que sirve para contar una historia más que para mostrar el dramatismo de unos personajes.

Lalo Schifrin es el encargado de ponerle música a este extraño guión, en lo que es una partitura que huye de los típicos sonidos electrónicos pero que nos mete de lleno en el ambiente futurista de la obra. Composición que se ve reforzada por el extraordinario trabajo de Walter Murch en el aspecto sonoro, que juega un importante papel en el desarrollo del guión.

THX1138 no es una obra maestra, ni creo que llegue a considerarse como un film de culto en las futuras generaciones. Yo lo consideraría mas bien un film experimental, donde George Lucas expresó parte de lo que tenía en su cabeza a modo de ensayo antes de su gran space opera.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Aparecemos en BoosterBlog


El Rincón del Palomitero aumenta sus fronteras, apareciendo en el índice de blogs del catálogo especializado BoosterBlog.es

jueves, 8 de noviembre de 2012

"Se lo que hicisteis el último Halloween" primera colaboración



El especial "Se lo que hicisteis el último Halloween" es la primera colaboración que realizo con el podcast de  Hello Friki. Junto con Victor M. Yeste, M.C. Catalan, Manuel Callejo y g4f5g6 vivimos una aventura de miedo.

Los audios pertenecientes a este podcast fueron encontrados en un coche abandonado en una carretera terciaria en una noche especialmente neblinosa.

La guardia civil está investigando el asunto y ha vinculado el vehículo con la desaparición del equipo de Hello Friki Podcast: Víctor M. Yeste, M.C. Catalán, Manuel Callejo, g4f5g6 y Javier Roman. Al parecer, según se puede observar en el audio que vais a escuchar, decidieron grabar en el bosque para hacer un especial Halloween más terrorífico.

Los resultados fueron estremecedores. Pero, mientras tanto, pudieron hablar de muchas películas, novelas y series. Se grabaron hablando de las películas "Truco o Trato" (2007, Michael Dougherty), "La noche de Halloween" (1978, John Carpenter), "El misterio de la dama blanca" (1988, Frank LaLoggia), "Entrevista con el vampiro (Crónicas vampíricas)" (1994, Neil Jordan), "Drácula de Bram Stoker" (1992, Francis Ford Coppola), "Un hombre lobo americano en Londres" (1981, John Landis) y "La niebla" (1980, John Carpenter).

Además, hablaron de Stephen King y algunas de sus novelas, de Edgar Allan Poe y otros libros relacionados con el género del terror.

Si estáis dispuestos a oir los audios haz click aquí.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Crítica de War Horse


Desde el estreno de Munich en el año 2005, Steven Spielberg había destacado más por su faceta de productor que por los films que había dirigido. Películas como el remake de La Guerra de los Mundos o la última entrega de las aventuras de Indiana Jones, no había alcanzado las expectativas levantadas y aunque la taquilla no funcionó mal del todo, las críticas negativas cayeron como una pesada losa sobre el director.

El Rey Midas de Hollywood nos tenía acostumbrados a un cine mas épico, muy cargado de efectos especiales pero con situaciones que conseguían conectar con el espectador. En War Horse vuelve a esta fórmula que tan buenos resultados le ha dado, con una historia llena de emotividad y, algo que es muy importante para la taquilla, para toda la familia. Eso lo apreciamos en el hecho de que a pesar de haber numerosas escenas de batalla, con gran cantidad de bajas, han sido tratadas de forma que no aparece ni una sola gota de sangre. Un detalle que puede pasar inadvertido, pero que ha sido fundamental para su calificación moral.

Esta producción, de 66 millones de dolares de presupuesto, nos narra la historia de Joey un caballo de tiro que es comprado por un anciano campesino en una disputa con el hombre mas rico de la aldea. Las características del equino no lo hacían apto para las labores de labranza, pero el testarudo hombre invirtió en él todo el dinero que tenía para comprar animales mas adecuados. Este es el punto de partida de esta historia que tiene como principal protagonista al corcel, que viajará por parte de Inglaterra y media Francia ocupada durante el conflicto bélico de la Primera Guerra Mundial.

En un principio puede parecer que el guión de Lee Hall y Richard Curtis va a carecer de ese atractivo que han tenido otras obras del mismo estilo. Y es que historias de un caballos ya la hemos visto en muchas ocasiones en films como Belleza Negra o El Corcel Negro, por lo que nos puede surgir la duda de si nos vamos a encontrar algo original. Pero si algo tienen los films del director de Ohio es que no se parecen a nada que hayamos visto anteriormente. Consigue dotar de carisma al equino, dándole ese punto de "humanidad" que le hace ganarse el favor del público. Además los personajes que van cruzándose en su camino, lo van llevando en volandas por el sendero de la épica, hasta llevarlo a un final conmovedor y bastante bien rematado.

Entre todos ellos destaca el joven Jeremy Irvine, que debuta en la gran pantalla tras dar el salto desde la televisión. El personaje de Albert, a pesar de no ser un protagonista propiamente dicho, tiene el handicap que parte de la historia recae sobre él, hecho que afronta perfectamente, con mucha profesionalidad para ser su primer papel de renombre.

Junto a el encontramos a Peter Mullan, un secundario bastante habitual en las producciones del otro lado del charco, y que pudimos ver en obras como la saga Harry Potter o Braveheart. Su papel como padre de Albert lo realiza a la perfección, consiguiendo despertar tanto pena como odio. Una corta pero meritoria actuación.

Es quizás el nombre de Emily Watson el más conocido del reparto, en su rol de madre de Albert. Su actuación es bastante discreta, pero también es cierto que el guión le tenía deparado un papel demasiado secundario. A pesar de ello demuestra las tablas que tiene esta fantástica actriz. Celine Buckens, Niels Arestrup o David Thewlis son algunos de los otros nombres que completan el reparto y que se irán cruzando con el corcel en su travesía por los campos de batalla.

Pero si algo destaca en este film es su fotografía. Janusz Kaminski  es el director de fotografía de los films de Spielberg desde La Lista de Schiendler, película que le hizo alzarse con su primer premio de la Academia. En War Horse nos delata con unos magníficos paisajes de la campiña inglesa de principios del siglo veinte. Una época bastante oscura marcada por el primer gran conflicto bélico de la época contemporánea, y que plasma a la perfección en todas y cada una de las imágenes. A medida que se van desarrollando las mas de dos horas que dura el film, la acción se traslada hasta Francia con unas impresionantes vistas del país vecino. Llama la atención las cuidadas escenas en el interior de las trincheras, que puede servir como ejemplo de la magia que el polaco puede ofrecer al espectador.

Todo ello acompañado por la música de uno de los grandes. Como viene siendo habitual desde Tiburón, John Williams le pone melodía  a la mayoría de las producciones de Steven, hecho que que ha permitido ganar numerosos galardones y ofrecer muchas de sus mejores composiciones. En esta ocasión deleita nuestros oídos con unas partituras bastante melódicas, muy acordes con el sentimiento de depresión que azotaba Europa en ese tiempo, pero sin dejar de lado el vibrante tema central que, en forma de metáfora, se asimila al sentimiento de esperanza al que se aferran los protagonistas del film. Una nueva composición por la que Williams fue nominado a los premios de la Academia, y que se puede disfrutar tanto con imágenes como sin ellas.

Una película para toda la familia que vamos a disfrutar independientemente de la edad que tengamos, y que demuestra que de una historia con poco interés se puede obtener una gran obra. Todo ello gracias a esa capacidad que tiene Steven Spielberg para asombrarnos y hacernos meternos de lleno en sus creaciones.



jueves, 1 de noviembre de 2012

Crítica de Las Aventuras de Tadeo Jones


Hace no mucho el género de la animación era algo que se había resistido a materializarse dentro de nuestras fronteras. A pesar de tener muy buenos diseñadores trabajando al otro lado del charco para grandes potencias como Pixar o Dreamworks, no había muchas productoras que apostasen por nuestras propias creaciones.

Es cierto que competir con la gran industria estadounidense del género es muy complicado, pero si no se intenta no se sabe lo que puede suceder. El Bosque Animado, de Ángel de la Cruz y Manolo Gómez fue una de las primeras películas, de animación digital, que se atrevió a quitarse todos los complejos y aparecer en las carteleras de muchas de las salas cinematográficas de nuestro país. Con medio millón de Euros recogidos, podemos decir que no fue un fracaso, a pesar de andar con un nivel muy justo.

Once años mas tarde, y de la mano de Tele 5 entre otros, nos llegan las aventuras de un aficionado a la arqueología, que sueña con encontrar algún tesoro que le haga ser portada del National Geographic. Tadeo, como se le conoce, es un albañil obsesionado con los yacimientos arquelógicos, y donde otros ven un gran agujero excavado para clavar un pilar, el ve una gran ocasión para desenterrar una antigua reliquia, repercutiendo muy  negativamente en su trabajo.

Este es el punto de partida de esta divertida comedia de aventuras dirigida por el debutante Enrique Gato y con los guiones de Verónica Fernández y Jordi Gasull. La película, que esta disponible tanto en el sistema 2D como el 3D, es toda una concatenación de situaciones llenas de acción y humor. A pesar de que la historia puede resultar algo plana y predecible, es todo un homenaje a la industria de George Lucas, con continuos guiños tanto al famoso buscador de antigüedades  Indiana Jones, como a la saga de Star Wars.

Siendo objetivos con el film, es un producto realizado para ver en familia y especialmente para los mas pequeños. De ahí que a los que ya pasamos la edad de hacer la comunión nos pueda parecer que el guión está muy justo, pecando de meter con calzador muchas de las situaciones que vive este aventurero a la española. Pero mirándolo desde el punto de vista infantil, la película es muy emocionante, divertida, y además con una animación atractiva y bien conseguida. Lo que más pueda chocar es que ha intentado ensamblar en muchas ocasiones la animación sobre fondos y paisajes reales, no dando muy buenos resultados.

Zacarías M. de la Riva, que ya pudimos escuchar en la película de animación La Leyenda del Cid, es el encargado de ponerle música a este aventurero que viaja con iberia. Una composición muy acorde con el film, llena de ritmo, que acentúa aún mas las numerosas situaciones de tensión que viven los protagonistas.

Una producción divertida, llena de acción que va a gustar mucho a los mas pequeños y va a entretener a los que no lo son tanto. Una buena noticia que vayan saliendo productos así, en un género que poco a poco va haciéndose un hueco en el ámbito internacional.

sábado, 27 de octubre de 2012

Crítica de Looper


La ciencia ficción en el séptimo arte estaba entrando en un pequeño agujero debido, en parte, por la escasez de ideas que últimamente tiene el género. Los flojos guiones que se nos presentan en los últimos tiempos carecen de la calidad y el interés de antaño, abusando en exceso de los efectos especiales y reduciendo su temática a invasiones alienígenas, hordas de infectados o grandes catástrofes naturales, se ha ido diluyendo como un terrón de azúcar en una taza de café. Superproducciones de elevado presupuesto que no han sabido transmitir la esencia de obras como Dark City o la magistral Blade Runner.

Los viajes en el tiempo han sido un gran reclamo entre el público aficionado al género. Regreso al futuro, El tiempo en sus manos o La máquina del tiempo son algunos ejemplos de películas, que han centrado sus guiones en estos utópicos desplazamientos, y que fueron auténticos éxitos de taquilla. En Looper volvemos a recuperar este concepto que será aplicado en una doble realidad paralela, que es donde se desarrolla el guión.

Las primeras imágenes del film te invitan al desconcierto, pero a su vez consiguen implicarte desde un principio con la historia. Una potente primera escena, envuelta con una narración en off que te plantea el porqué de esa situación y te introduce en el extraño mundo de los loopers. Sicarios del presente que se encargan de eliminar las personas que las mafias les mandan del futuro. Sin rostro, sin nombres y sin preguntas es un trabajo excesivamente sencillo y una forma cómoda de hacer montañas de plata.

Este es el planteamiento inicial que nos hace el original guión de Rian Johnson, exponiéndonos un presente que se sitúa a mitad del siglo XXI, en una sociedad dividida en dos clases. La diferencia entre ciudadanos y vagabundos es enorme, sirviendo estos segundos en muchas ocasiones como blancos humanos a manos de los primeros. Un hecho que acentúa un instinto de violencia que ha ido creciendo en el hombre con los años y que ha motivado que nadie salga a la calle sin un arma.

Los filtros utilizados por el propio Johnson nos muestran un futuro decadente, con poco brillo, como las antiguas instantáneas de cuando éramos pequeños. Steve Yedlin, director de fotografía, realiza un estupendo trabajo para trasladarnos hasta un próximo presente que no invita a conocer, y que expone la falta de humanidad de una sociedad en pleno retroceso. Robos y homicidios están a la orden del día, algo que contrasta con la situación 44 años mas tardes, donde los actos de violencia son fuertemente castigados, y deben recurrir a los prohibidos viajes temporales para ajustar cuentas.

Este sería el planteamiento que nos conduce hasta una sucesión de hechos que llevaran a Joe, interpretado por Joseph Gordon-Levitt, a iniciar una frenética huida de su presente y su pasado. El actor californiano, al que ya pudimos ver como el nuevo Robin en la última entrega de Batman, realiza un notable papel en su rol de sicario. La mayor parte del film recae sobre su personaje, hecho que solventa con mucha suficiencia, evitando en caer la sobreactuación y ofreciendo a cámara lo que el guión realmente reclamaba.

Junto a él, el gran reclamo de la producción. Bruce Willis, siempre una garantía, saca lo mejor de si mismo para interpretar al Joe del futuro. Su rol toma la arrogancia de John MaClane en la época de Los Sutitutos y con la misión del T-1000. Una mezcla que, aunque pueda parecer extraña, funciona bastante bien, dando como resultado un personaje con bastante fuerza y que es protagonista en la mayoría de escenas de acción del film.

Acompañándolos una no muy conocida Emily Blunt, a la que ya vimos junto a Matt Damon en Destino Oculto. En sus apariciones, que no son demasiadas, da el toque romántico a la obra, a pesar de intentar mostrar un carácter duro y aguerrido. Es lo que el guión pedía y con lo que la actriz cumple.

El otro gran nombre del reparto lo pone el polifacético y veterano Jeff Daniels. El actor se caracteriza en esta ocasión como Abe, el hombre enviado del futuro para reclutar a los loopers y mantenerlos a raya. Su papel de villano sin escrúpulos lo hemos visto ya demasiadas veces en el cine, y nos deja la impresión que podría haber dado un poco más de juego en las casi dos horas que dura la película.

Viendo los 30 millones de dolares invertidos, que no es mucho, y las impresiones generalizadas, podemos afirmar que esta película no deja indiferente a la mayoría de los espectadores. Comparada en múltiples ocasiones con 12 monos, exceptuando el tema de los viajes temporales y la coincidencia de Bruce Willis en ambas, poco o nada tiene que ver esta Looper y la creación del extravagante Terry Gilliam. Estamos ante una obra con un guión inteligente, con varias vueltas de tuerca y un final de esos que te hacen recapacitar. Una buena película de ciencia ficción que ha rebajado sus pretensiones visuales en beneficio del argumento y las dotes interpretativas de sus actores. Una producción llamada a formar parte de las denominadas "de culto" que es una gran carta de presentación para su novel director, Rian Johnson.

lunes, 22 de octubre de 2012

Crítica de Frankenweenie


Desde hace algún tiempo para acá el cine de Tim Burton no conseguía conectar completamente con el público. Y es que el director californiano, tras sorprender con obras como Big Fish o Eduardo Manostijeras, había comenzado una etapa con films atacados desde muchos sectores de la crítica especializada. Películas como Alicia en el País de las Maravillas o la decepcionante Sombras Tenebrosas provocaron numerosas opiniones negativas que se hicieron sentir tanto entre sus fans como en la taquilla de las salas cinematográficas.

Un campo donde Burton ha cosechado numerosos éxitos ha sido el de la animación, con un film que se ha convertido en todo un referente y que tiene legiones de seguidores repartidos por todo el mundo. Pesadilla antes de Navidad, a pesar de no ser dirigida por él, se ve influenciada por su mano desde el primer segundo siendo una de las obras del género mejor valorados tanto por la crítica como por los espectadores.

Con La Novia Cadáver decidió repetir con esa fórmula que tan bien le había funcionado, volviendo a convertirse en todo un éxito de taquilla. Y es que el sistema stop-motion utilizado en ambos films permitía que el director proyectase, de una forma acertada, las ideas que iban saliendo de sus guiones. Este sistema completamente artesanal de animación conseguía, fotograma a fotograma, plasmar la dualidad vida y muerte,  que en tantas ocasiones cruzan los personajes mas carismáticos de este genio de la dirección.

Y como no hay dos sin tres, Tim Burton decidió volver a esta técnica que tantos éxitos había cosechado para traernos el largometraje de un corto que, en 1984 y rodado en blanco y negro, nacía de la imaginación del director. La pequeña producción, de menos de media hora de metraje, se realizó con personajes de carne y hueso y , desgraciadamente, nunca llegó a verse en la gran pantalla.

Esta espinita que parecía haberla llevado clavada Burton, ha tenido una nueva oportunidad casi 30 años después. En esta ocasión los actores han sido sustituidos por figuras de "plastilina", lo que le ha dado un toque más "para todos los públicos" sin quitarle la esencia del guión original. Solo observando las primeras imágenes nos damos cuenta que se ha querido mantener la estética de La Novia Cadáver, con personajes de caras alargadas y cuerpos delgaduchos. Para mantener el paralelismo con el corto del que nace este Frankenweenie se ha optado por eliminar todo el colorido, resultando un film que recuerda a los clásicos del género de terror. Pero no solo tiene esa esencia, ya que la película es todo un homenaje a ellos, que va desde los nombres de los personajes hasta la curiosa escena donde en un televisor aparece Christopher Lee interpretando al mítico Conde Drácula.

En cuanto oimos hablar de Victor Frankenstein o Elsa Van Helsing  automáticamente relacionamos, sin mucho esfuerzo, a los personajes con los films del género, siendo los diseños de estos otro aspecto que recuerdan, casualmente, a aquellos seres que causaban el terror a lo largo de la segunda mitad del siglo pasado. Incluso se hace mención a Mary Shelley, creadora de Frankenstein y que da nombre a una de las "pequeñas" mascotas del film.

Con tal cocktail de personajes y la imaginación de Tim Burton era difícil que no se obtuviese un film cuanto menos entretenido.Y lo cierto es que lo consigue basándose en unos buenos diseños, que es capaz de crear una atmósfera que te atrapa desde los primeros fotogramas. La historia recrea a la perfección el mito de Frankenstein adaptándolo al universo Burtoniano y transformándose para todos los públicos en la figura de Sparky. Algo que no podía haber sido posible sin el apoyo de la magnífica música del genial compositor Danny Elfman. Para ello regresa al estilo sinfónico y fantasioso de Eduardo Manostijeras, con unas partituras que te atrapan y te arrastran por las calles de Nueva Holanda como un personaje más. Y es que el pequeño pueblo y todo lo que allí acontece se ve favorecido y potenciado por la gran fotografía del debutante Peter Song.

Podemos afirmar que Tim Burton vuelve, en parte, a sus orígenes con una película muy entretenida, para ver en familia, con una historia muy divertida y que es un homenaje al cine clásico de terror. Un film que devuelve al autor de Bitelchus parte del prestigio que había ido perdiendo los últimos años, y que demuestra que a la animación artesanal aún le queda mucho camino por recorrer.

viernes, 19 de octubre de 2012

Comenzó la esperada tercera temporada de The Walking Dead


El pasado lunes, 15 de Octubre, la cadena temática FOX emitía, en prime time, el primer episodio de la nueva temporada de una de las series mas aclamadas de los últimos tiempos. Con la temática zombie por bandera, la historia nos contaba, a lo largo de seis episodios, las desventuras de un grupo de supervivientes en su búsqueda de un lugar donde hayan conseguido controlar la mortal epidemia.

Los siguientes 13 episodios se desarrollaba casi en su totalidad en una granja donde, el cada vez menos numeroso grupo de protagonistas, llega buscando refugio. Allí conocerán a un pequeño núcleo familiar que, intentando alejarse de la realidad que les rodea, se verán obligados a unirse al grupo comandado por un cada vez mas cuestionado Rick.

Si la primera temporada supuso todo un boom televisivo, obteniendo un gran número de seguidores que desbordaron las ventas de los comics en los que esta basada la serie, en la segunda temporada costaba mantener estas buenas cifras. Y es que los guionistas de la cadena televisivas AMC, decidieron alejarse un poco de las publicaciones y centrarse algo más en las relaciones entre los personajes. La fórmula no fue la mas acertada y el nivel de la serie bajó con respecto a la temporada anterior.

En la tercera temporada se ha intentado seguir más a rajatabla la linea argumental de los comics, dando mas importancia a la acción y añadiendo un punto más gore a las imágenes. Así, el episodio uno apenas se da un respiro, con numerosos muertos vivientes masacrados y un final que no te puedes esperar, en una primera toma de contacto con esta nueva temporada. Si la acción en la anterior se producía al rededor de una granja, parece que en esta todo va a girar en torno a una prisión de máxima seguridad, que dependiendo como se mire puede ser un sitio muy seguro o una enorme ratonera.

Si esta nueva temporada consigue mantener el nivel del primer episodio, podemos estar seguros que vamos a disfrutarla y a hacernos aún mas fans, si no lo somos, de la serie creada por Frank Darabont.


miércoles, 17 de octubre de 2012

Próximo el estreno de Oz, Un Mundo de Fantasía


Oz, un mundo de fantasía, la fantástica aventura de Disney dirigida por Sam Raimi, recrea los orígenes del célebre personaje de L. Frank Baum. Cuando Oscar Diggs (James Franco), un mago de circo de poca monta y de dudosa reputación, es arrojado desde la polvorienta Kansas al reluciente País de Oz, está convencido de que le ha tocado el premio gordo y que la fama y la fortuna están a su alcance. Pero las cosas cambian cuando conoce a tres brujas: Theodora (Mila Kunis), Evanora (Rachel Weisz) y Glinda (Michelle Williams), que no están nada convencidas de que Oscar sea el gran mago que todo el mundo estaba esperando. 



A su pesar, Oscar debe enfrentarse a los enormes problemas que tiene el País de Oz y a sus habitantes, y tendrá que descubrir quiénes están de su lado y quiénes son sus enemigos antes de que sea demasiado tarde. Con sus conocimientos de magia, ingenio, fantasía y algo de brujería, Oscar no sólo se transformará en el grande y poderoso Mago de Oz sino también en un hombre mejor.


martes, 16 de octubre de 2012

Crítica de Lo Imposible



El 26 de diciembre del año 2004, quedará marcado en los libros de historia del mundo actual como una fecha donde tuvo lugar una de las mayores catástrofes naturales vivida por el hombre. Un terremoto de intensidad 9.0 en la escala Richter provocaba una serie de réplicas en forma de tsunamis que azotaron las costas del índico. 300.000 personas perdieron la vida en este escalofriante suceso, siendo Tailandia el país mas castigado con cerca de 170.000 defunciones.

Es aquí donde se desarrolla la historia de Lo Imposible, lugar al que viaja un matrimonio con sus tres hijos para pasar las señaladas festividades navideñas. Los apacibles y relajados días de playa se van a tornar en miedo y desesperación cuando una enorme ola arrasa el lujoso complejo turístico donde se encuentran.

Este es el punto de partida que toma Juan Antonio Bayona para deleitarnos con una historia basada en hechos reales y cargada con una elevada dosis de emotividad. El director catalán, que se dio a conocer con El Orfanato, tenía la complicada misión de plasmar en la gran pantalla una historia angustiosa y muy dramática sin aburrir y sin caer en los excesos. Para ello tuvo la suerte de contar con un reparto realmente excepcional y que le aseguraban un mínimo de calidad en las interpretaciones.

El recientemente galardonado con el premio honorífico Donostia, Ewan McGregor, era uno de los buques insignias de la película. Como suele ser habitual, el polifacético actor escoces realizar una labor muy notable en su rol como Henry, el cabeza de familia de la familia Bennett. Su papel está muy bien llevado, pero se ve eclipsado por la actuación de Tom Holland. Este jovencísimo actor es todo un gran descubrimiento y augura una brillante carrera. Pese a su corta edad, es capaz de echarse a las espaldas una gran parte del metraje del film, madurando su personaje a medida que lo hacían las condiciones de supervivencia y consiguiendo, con su sobresaliente papel, arrancar mas de un sentimiento de emoción entre los espectadores.

Junto a ellos, la siempre estupenda Naomi Watts que borda su papel de esposa de Henry y madre de Lucas. De todos es conocidos las magníficas capacidades interpretativas de la rubia británica, a la que hay que unir en esta ocasión su enorme sacrificio y trabajo en la escena de la ola. En ella, además de pasar enormes intervalos de tiempo sumergiendo y emergiendo de las turbulentas aguas, es capaz de transmitir ese sentimiento de sufrimiento y desesperación que vivieron muchos de los afectados aquel fatídico día de diciembre.

Uno de las virtudes que podemos destacar de Bayona y su equipo en este film es el gran virtuosismo para trabajar con los niños y sacar de ellos lo mejor que llevan dentro, artísticamente hablando. Si la interpretación de Lucas era sobresaliente, no es para nada desmerecida las de Oaklee Pendergast y Samuel Joslin, los otros hijos del matrimonio que protagonizan algunas de las escenas mas emotivas de la película. En una de ellas, comparten protagonismo con la veterana Geraldine Chaplin, que a pesar de tener una aportación mínima, demuestra una vez más lo gran actriz que es. Y es que la californiana parece haberle cogido gusto a nuestras producciones.


El guión de Sergio G. Sánchez tenía la complicada labor de contar una historia real, con una gran dureza visual y con la difícil tarea de resultar sensible a los ojos del espectador sin llevarlo a un punto extremo. Una vez vista la obra podemos afirmar que durante las casi dos horas que tiene de duración el film se cumple este cometido, mostrando imágenes muy duras pero tratadas con sensibilidad, dejando de lado el morbo explícito que en muchas ocasiones se apodera de estos argumentos.

Era quizás el resultado final del tsunami lo que más controversia podría crear entre los espectadores, ya que era sumamente complicado hacerlo de forma que pareciese real y creíble. El equipo de efectos especiales tenía un gran reto por delante y por suerte para nosotros lo han superado y con creces. El resultado es una espectacular escena, de casi veinte minutos de duración, que no cae en los defectos que suelen producirse al ensamblar los efectos creados por ordenador con la acción rodada. Un gran trabajo de estos magos digitales que nos dejan una de las escenas más espectaculares que han salido de nuestros estudios y que elevan aún más la calidad del guión.

Otro de los aspectos destacables es la magnífica banda sonora creada por Fernándo Velázquez. Este compositor, que ya trabajó con Bayona en El Orfanato y tiene un extenso número de partituras a sus espaldas, consigue plasmar toda la tensión del suceso en sus pentagramas. Combina acordes melancólicos con otros cargados de tensión basados en movimientos con instrumentos de cuerda, que consiguen aupar aún más las devastadoras consecuencias de la ola. Esto, unido a la excelente fotografía de Óscar Faura, hacen que en más de una ocasión se pongan los bellos de punta.

Solo viendo el récord de taquilla de una producción española el primer fin de semana, podemos hacernos una idea del buen marketing que ha tenido la obra. Pero no solo es publicidad, ya que el film es de una calidad muy superior a lo que tenemos acostumbrado ver nacer en nuestras fronteras. La historia, que en un principio puede parecernos que no va a aportar gran cosa, consigue enganchar al espectador desde los primeros momentos, metiéndote de lleno el desconsuelo e impotencia de los personajes e invitándote a sufrir con ellos. Uno de los grandes estrenos del año, que no defrauda para nada y que posee esa capacidad que no todas las películas tienen, de emocionar y hacer soltar alguna que otra lágrima.

sábado, 13 de octubre de 2012

Crítica de Atrapados en Chernobyl


La desolada ciudad de Chernóbil tiene la desgracia de ser conocida por el desastre nuclear que, en 1986, se cobró la vida de 31 personas y provocó miles de casos de distintas afecciones derivadas de las radiaciones emitidas. Este suceso, el más catastrófico que ha causado una planta de fisión, provocó una gran consternación a lo largo de todo el planeta y dejó la ciudad ucraniana totalmente desierta, estado en el que se encuentra un cuarto de siglo después.

El film nos traslada hasta este inhóspito e inquietante paisaje, en lo que el encargado de una agencia de viaje denomina como "turismo extremo". Los ya desfasados paquetes multiaventuras han dejado paso a otros, en los que se busca subir un poco más los niveles de adrenalina. Y nada mejor que un paseo "turístico" por el lugar con mayor nivel de contaminación por radiación de la historia del mundo actual.

Este es lo que en un principio Oren Peli, guionista entre otras películas de la exitosa saga Paranormal Activity,  nos ofrece en este intento de aprovechar estos hechos para jugar con el mito de la ciudad fantasma. En un principio la idea, que puede parecer muy buena y original, se inicia con un planteamiento bastante atractivo y que ofrece muchísimas opciones, pero se va disolviendo a medida que transcurre el film como un azucarillo en una taza de café.

Bradley Parker, que debuta con esta obra, intenta crear un ambiente claustrofóbico y lleno de tensión, recurriendo a los cánones clásicos del género. El film tira de elementos ya vistos  en otras ocasiones y los combina sin llegar a obtener el resultado que desearíamos haber esperado. No faltan ni las escenas tomadas por un móvil, muy de moda últimamente en el género, ni la manía de los guionistas de ir eliminando uno a uno los personajes de forma inversamente proporcional al carisma que ofrecen. Muchas de las situaciones que  "sufren" los protagonistas nos suena haberlas visto en numerosas ocasiones, cambiando únicamente el paisaje donde se desarrolla. Y es que un planteamiento, que en principio era tan bueno, a medida que va pasando el metraje lleva consigo una paulatina pérdida de interés, por lo previsible de muchas de las situaciones que viven los protagonistas. 

Parte de la culpa de que la acción no enganche del todo con el espectador se debe, en gran medida, al mediocre reparto utilizado en el rodaje. Ingrid Bolso Bernal, Dimitri Diatchenko u Olivia Dudley son solo algunos de los desconocidos nombres que aparecen en los créditos y que no van a ser precisamente nominados para ningún premio. Sus roles son demasiado típicos, y sus dotes interpretativas no llegan a alcanzar el nivel mínimo exigible en este género. Es quizás Jonathan Sadowski, cuya interpretación puede destacar por encima de sus compañeros de reparto, el mas acorde con lo que la historia pedía, a pesar de sobreactuar en algunos momentos.

Otra de las tendencias, que cada vez con mayor asiduidad se aplica a este tipo de películas, es rodar como si fuese un documental, eliminando muchos de los filtros que dotan de claridad y nitidez a la imagen. Atrapados en Chernóbil no iba a ser menos, regalándonos una imagen y una fotografía bastante pobre para lo que el séptimo arte es capaz de ofrecernos. Si miramos el escaso presupuesto del film, podemos comprender muchos de estos defectos técnicos, que podrían haber sido disimulados con una historia mas convincente.

Resulta muy curioso que en los créditos aparezca el nombre de Diego Stocco como creador de las partituras del film, pero a lo largo de los 86 minutos que dura la película llamaba mucho la atención que no había ningún tipo de música de fondo. La banda sonora esta compuesta por ladridos de perros, gritos de los protagonistas y el inquietante silencio de tierras serbias y húngaras, las localizaciones elegidas para rodar el film.

Podemos resumir diciendo que un mayor presupuesto podría haber ayudado a maquillar muchos de los defectos del guión. Es una pena que una idea buena y original se haya perdido en un film que comienza bien pero que acaba de una forma totalmente absurda y surrealista, y que nos deja una gran moraleja: Cuando te pregunten si alguien sabe donde estas, contesta siempre que si.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Crítica de El Imperio del Sol



Steven Spielberg dirigía en 1987 "The Empire of the Sun", una emotiva obra de un niño que vive en sus carnes el horror de la guerra tras las amenazantes maniobras japonesas en suelo chino.

Basada en un hecho real, la historia se remonta hasta la Segunda Guerra Mundial, más exactamente hasta lo que podríamos identificar como La Guerra del Pacífico. Todo comienza a finales de Diciembre del año 1941 cuando, el ataque japonés a Pearl Harbor, supuso la entrada en el conflicto bélico tanto de las fuerzas americanas como de las Japonesas, que se situaron junto a los opresores en un intento de avanzar por el frente mas oriental.
   
J.G.Ballar  es el nombre de la persona en la que esta basada esta emotiva obra. Escritor de profesión, Spielberg tuvo el detalle de incluirlo como extra en el film y fue una pieza clave para el detallismo con que, el Rey Midas de Hollywood, nos plantea la historia.

De esta forma la historia confiere un mayor realismo, con el acierto de haberla rodado en pleno Shangai, contando con numerosísimos extras nativos del lugar, y  recreando de forma fidedigna el escenario tanto en los días previos como en los posteriores a la invasión nipona.

Era necesario que los hechos contasen con un chico que diese credibilidad a la obra y transmitiese la sensación de angustia y esperanza de la que se nutre la historia. Así, se tuvo la suerte de descubrir a uno de los actores que mayor valoración tiene hoy en día, y que por aquel entonces era un adolescente que apenas se levantaba del suelo. Christian Bale, como así se llama, borda el papel de principio a fin. Cosa que debido a la juventud e inexperiencia del actor era muy complicado. Pero de todos es sabido el "tacto" que Spielberg tiene con los niños y, si encima este demuestra maneras, el resultado es espectacular, como podemos comprobar a lo largo de las dos horas que dura el film. Mantiene su nivel interpretativo durante todo el metraje, ofreciendo momentos realmente grandiosos que difícilmente se los hubiésemos visto a otro actor.

Junto al joven intérprete, uno más experimentado como es John Malkovich. Su papel es mas oscuro que el interpretado por Bale, pero es el personaje que ayuda a que el chico vaya creciendo y empiece a darse cuenta de que está solo ante el mundo. Sin ser el rol principal, el actor estadounidense consigue llenar la pantalla en cada una de sus apariciones, siendo el complemento perfecto para el joven protagonista.

Junto a ellos podemos encontrar nombres de la talla de Joe Pantoliano o un irreconocible Ben Stiller, por entonces un completo desconocido que compartía reparto con Miranda Richardson o Leslie Philips entre otros.

Era necesaria una música que descargase tensión en la invasión, melancolía en los momentos posteriores y fuese capaz de inspirar esperanza durante la estancia en el campo de concentración. Nadie mejor que John Williams para ello, que nos sorprende en esta ocasión una partitura elegante, sencilla y muy efectiva para resaltar los puntos dramáticos del film. Su tema principal es bastante melódico y todo un acierto el incluir, al inicio del film, la coral de los niños en la iglesia cantando el Suo Gan, una antigua canción galesa que llegó a convertirse en una seña de identidad del film.

Que Steven Spielberg es un enamorado de la Segunda Guerra Mundial no es nada nuevo, pero a diferencia de La Lista de Schiendler o Salvar al soldado Ryan, en esta ocasión toma un punto de vista más inocente como es el de Jim. Esto conlleva que las imágenes verdaderamente impactantes se dejen de lado y sean sustituidas por situaciones llenas de afecto y dramatismo. La magnífica fotografía de Allen Daviau es capaz de resaltar el contraste de los tonos grisaceos y melancólicos tras la ocupación nipona, con los más luminosos y cálidos del campo de concentraciones, teniendo como punto culmen la espectacular visión que el film nos ofrece de la devastadora bomba atómica de Hiroshima y Nagasaki.

En resumen podríamos afirmar que es una gran obra este Imperio del Sol, donde se nos dá una perspectiva bastante original de un conflicto bélico de esta envergadura, y donde descubrimos a toda una gran estrella como era el jovencísimo Christian Bale.

martes, 25 de septiembre de 2012

Comic Con Spain 2012



El pasado viernes, 14 de septiembre, abría sus puertas la primera Comic Con que se organiza en nuestro país. En el palacio de congresos de la población gaditana de Jerez de la Frontera debía tener lugar una de las mayores muestras sobre comics y todo lo que les rodea que pisarían nuestras fronteras.

Las expectativas puestas en esta Comic Con, tanto por parte de la organización como de los aficionados a este mundo eran muy elevadas, sobre todo si nos fijamos en las que se celebran al otro lado del atlántico.
Pero tan buenos augurios chocaron desde un primer momento con lo que esta primera edición nos ofrecía, a pesar de tener el detalle de regalar un tomo del cómic Marvel "La Patrulla X" al adquirir la entrada.

En primer lugar, la fecha no acompañaba mucho a desplazarse al recinto. La proximidad de las vacaciones veraniegas y la subida de los impuestos hacían muy complicado los desplazamientos desde otras poblaciones para acudir al recinto donde tenía lugar el evento.



Por otro lado no se había dado la publicidad necesaria para atraer tanto un mayor número de visitantes como una mayor cantidad de esponsores y stands. Si lo comparamos con el salón Manga, el tercero de mayor relevancia en nuestro país con una visita media de 35.000 personas, esta Comic Con parecía un sucedáneo descafeinado. El número de stands era inferior en cuatro o cinco veces a los expuestos en  dicho salón, así como el número de actividades ofrecidas que distaban bastante de la idea inicial del concepto de Comic Con.

Enormes espacios vacíos nos esperaban tras las puertas de entrada al recinto, lo que nos daba una idea inicial de la poca repercusión entre los patrocinadores que había tenido esta iniciativa. Un enorme stand de Mediamarkt ocupaba la amplia primera nave con gran cantidad de videoconsolas y ordenadores donde se podían probar y competir con las últimas novedades en videojuegos. Una pena que no hubiesen hecho presentaciones de futuros lanzamientos como podría haber sido el caso de Resident Evil 6 o Fifa 2013, que en menos de dos semanas deben estar ya a la venta.

En una parte de la exposición de este gigante de los electrodomésticos y la electrónica se exhibía una variedad de las nuevas televisiones 3D que, cada vez más, se van abriendo paso en el mercado. Teníamos la oportunidad de ponernos unas gafas y disfrutar con las nuevas adaptaciones cinematográficas de los superhéroes de comics. Capitán América, Thor o los Vengadores son algunas muestras de los films que, en forma de bucle, emitían una y otra vez en dichas pantallas. Un detalle que podría haber estado bien si cada una estuviese en un cubículo, con el sonido aislado y con algún sitio para sentarse. 

Esto es lo único que la Comic Con tenía preparado para el mundo del séptimo arte dentro del recinto de exposiciones. Algunos carteles de cine, cortesía de UCC que hacía descuentos en sus salas de proyección con la entrada, completaban la escasa incidencia que tendría el celuloide en la muestra.

La zona estrella, y la que mayor número de visitantes atraía era el Trono de Hierro cortesía de Canal +, canal que tiene los derechos de emisión de la exitosa serie televisiva Juego de Tronos. Grandes y largas colas se formaron en una de las palas del recinto para conseguir hacerse una instantánea sentado en la réplica del codiciado sillón.



El esto de la exposición se repartía entre unos paneles centrales con bocetos de comics originales y un especial sobre Spiderman. El personaje creado por Stan Lee era homenajeado con varios paneles informativos donde iban contando su historia y todo lo referente a sus amigos y enemigos, cargado de muchas curiosidades que ignorábamos aquellos que no éramos muy afines a leer los comics del “hombre araña”. En esta misma zona pudimos encontrar algunos dibujantes de la talla de Nikotchan, creador del Cálico Electrónico, firmando ejemplares y haciendo bocetos dedicados.

La última pala la ocupaban stands de algunas tiendas especializadas desde donde se podían conseguir multitud de comics hasta algunos videojuegos de sistemas tan antiguos como la Master System o la Super Nintendo. Algunos artículos a buen precio, pero que debido al limitado número de tiendas apenas tenían competencia ni variedad. Algunas de estas tiendas tenían montadas distintas zonas de juego donde organizaban talleres y campeonatos de juegos en distintos formatos (cartas, rol, miniaturas…) que era, quizás, lo que mayor número de personas, junto al trono, congregaban.

Podemos afirmar que, a pesar de las esperanzas que tenía la organización en el evento, esta primera edición de la Comic Con no ha dejado satisfecho a nadie, coincidiendo todos en la gran falta de contenidos. Si repasamos los distintos actos del programa oficial lo mas interesante fue la presentación del libro “Alien, el Octavo Pasajero” escrito por José Joaquín Rodríguez Moreno y que ya se puede encontrar en todas las librerías. Otro de los alicientes era un especial de Canal + sobre los años 80 y el estreno, en primicia, del primer episodio de la segunda temporada de Juego de Tronos.

Teniendo en cuenta que es la primera ocasión en la que tiene lugar esta Comic Con en nuestro país y que si seguro que se irán ampliando contenidos para futuras ediciones, centraremos nuestras esperanza en la del año 2013 si es que se celebra. O bien, seguiremos apostando por el Salón Manga que ha demostrado tener mucho mas tirón y contenidos.



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